Santuario
El Santuario de Javier está ubicado en un pequeño pueblo de Navarra que se llama Javier, a unos 52 km. De Pamplona. Es un espacio donde es posible que el hombre de hoy, de ayer y del mañana reciba una Buena Noticia que le ayude a seguir el camino de la Vida. Cada año Javier abre sus puertas a millares de hombre y mujeres, cristianos y no cristianos, venidos principalmente de España, Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos y Japón.
Ante este acontecimiento brota la pregunta: ¿Qué buscan, qué esperan los peregrinos y los turistas religiosos que llegan a Javier? La mayor parte de ellos buscan un encuentro personal con Dios misericordioso y bondadoso al que invocan con distintos nombres, según su creencia. En este sentido, podría decirse, que Javier es un lugar privilegiado de evangelización, un espacio de reconciliación, consuelo y esperanza, además de un conjunto de arte, historia y cultura.
Castillo
A comienzos del segundo milenio, en el siglo XI, Esabierre, nombre vasco que significa casa nueva, era una torre defensiva aislada, situada en el límite entre los reinos de Navarra y de Aragón. El infante Fernando de Aragón entregó la villa y la fortaleza al rey de Navarra Sancho VII el Fuerte en 1223 como garantía de un préstamo que no devolvió, por lo que Javier se incorporó definitivamente al reino de Navarra. Y luego aquí nació Francisco de Javier al 7 de abril de 1506.
Museo
En el museo y pinacoteca se exponen documentos, monedas, mobiliario, objetos y cuadros de la época que ilustran el legado cultural, artístico y religioso de Javier.
- Dioramas de José López Furió
Jose López Furió construyó estas esculturas en 1967. Son doce y presentan, en acentuada perspectiva tras sus vitrinas, los momentos más significativos de la biografía de Javier. Están instalados en la antigua bodega del Castillo.
- Documentación de la época
En lo que eran las antiguas caballerizas del castillo se exhiben objetos que pertenecieron al lugar y recuerdos del santo. Se puede entender la evolución histórica del castillo gracias a una magnífica maqueta, diversos esquemas y planos, las acuarelas del marqués de Villa Antonia y los retratos de Madrazo. Hay también medallas, cálices, grabados y documentación de la época.
- Kakemonos del siglo XIX
Los kakemonos son dibujos japoneses de finales del siglo XIX que recogen escenas de la evangelización de Javier en ese país.
La sala grande y la habitación del santo
La Sala Grande o Principal era la estancia de recibir y donde los habitantes del castillo pasaban gran parte del día. Es el cuarto más grande del castillo. La habitación del Santo, a la derecha de la Torre de San Miguel, es probablemente la más antigua del recinto. Allí vivió el joven Francisco hasta 1525. A la derecha de la torre se ubica la capilla de San Miguel.
La Capilla del Cristo
Es el mayor tesoro del castillo. Ocupa la denominada Torre del Cristo, un espacio reducido que originalmente era lugar de oración y culto de la familia. Las paredes de la estancia están decoradas por unos imponentes frescos del siglo XV que representan la danza de la muerte. Preside la estancia un Cristo sonriente tallado en madera de nogal que data del siglo XIII. La tradición dice que esta talla sudó sangre el día que murió Javier frente a las costas de China.
Basílica
Realizada por el arquitecto Ángel Goicoechea, entre 1896 y 1901, por encargo de la duquesa de Villahermosa, descendiente de la familia de Javier, la basílica es de estilo ecléctico y utiliza elementos del arte romántico, gótico y bizantino. La portada. Neorománica contiene en su tímpano los nombres de los distintos lugares de Europa, Africa y Asia recorridos por Javier, y en sus capiteles de representan distintas escenas de su vida. El interior es una nave neogótica con tribunas lombardas.
Sobre el altar resalta una gran imagen de San Francisco Javier, de J. Suñol, flanqueada por doce santos jesuitas ( A su derecha, Francisco de Borja, Pedro Claver, Francisco de Regis, Francisco de Jerónimo, Pablo Miki y el beato Ignacio Acebedo; y a su izquierda, Luis Gonzaga, Juan Berchmans, Estanislao de Kostka, Alonso Rodríguez, Juan de Goto y Diego Kisay) Sobre varias puertas se encuentran pinturas italianas que representan distintos momentos de la vida de Javier en el Castillo, obra de Caparoni.
Aula Francisco de Jasso
El Aula Francisco de Jasso, del arquitecto Antón López de Aberasturi se configura como un aula-auditorio con capacidad para mil trescientas personas, de modo que puedan asistir a actos litúrgicos y culturales-religiosos en condiciones adecuadas. Anexa esta la sala de exposiciones. La capacidad es de 1.258 asientos. La sala de exposiciones tiene una superficie de 140 m2 y la del centro de investigación y el archivo Schurhammer es de 80 m2.
Centro de Espiritualidad Ignaciano de Javier
El Centro de Espiritualidad Ignaciano de Javier es un centro de servicios e inspiración, cuya finalidad es ayudar a vivir y profundizar la experiencia cristiana. Esto con la ayuda de la Espiritualidad Ignaciana que creemos que es un excelente camino para vivir la vida de manera integrada, armónica y constructivamente.
Parroquia de la Anunciación de Javier
El templo tiene un valor singular en el camino espiritual de San Francisco Javier. En él tuvo lugar su primera conversión al recibir el agua del Bautismo en la pila situada bajo el coro, una interesante pieza del siglo XV. Sus oraciones infantiles y de adolescencia, antes de la partida hacia la aventura parisina, las dirigió a la Virgen con el Niño del retablo, sabedora ya del futuro apasionante que por amor Cristo le esperaba al joven Javier.