La vida eterna comienza con el Bautismo. Va más allá de la muerte y no tendrá fin.
Cuando estamos enamorados no queremos que este estado acabe nunca. «Dios es amor», dice la primera carta de san Juan. «El amor», dice la primera carta a los Corintios, «no pasa nunca». Dios es eterno, porque es amor; y el amor es eterno porque es divino. Cuando estamos en el amor entramos en la presencia infinita de Dios.