La Biblia nos dice que todos hemos pecado; todos hemos cometido actos de maldad. Nuestros pecados nos alejan de Dios y nos condenan al castigo eterno. Puesto que hemos pecado contra Dios, sólo Dios puede ofrecernos el verdadero perdón que necesitamos. Somos incapaces de eliminar las consecuencias de nuestro pecado. Como resultado merecemos la ira y el juicio de Dios. El único castigo justo por los pecados cometidos contra un Dios infinito y eterno es un castigo infinito. Es por eso que necesitamos un salvador. Muchas personas no se dan cuenta de la salvación que Jesús ofrece, ya que no se percatan de su necesidad de ella. Pero todas las personas nacen como pecadores, por lo que todo el mundo necesita su salvación.
Esto significa que tú y yo necesitamos un Salvador, Jesucristo. Sólo Jesús tiene el poder de salvar a todas las personas en todo el mundo del pecado. Él ofrece la salvación a todos. Depende de ti y de mí decidir si estamos o no dispuestos a recibirlo.
Jesucristo vino a la tierra y murió por nosotros. La muerte de Jesús fue el precio a pagar por nuestros pecados. Jesús murió para pagar el castigo por nuestros pecados. Jesús pagó el precio para que nosotros no tuviéramos que hacerlo. La resurrección de Jesús demostró que su muerte era suficiente para pagar el castigo por nuestros pecados. Es por eso que Jesús es el único Salvador ¿Confías en Jesús como tu Salvador?
Muchas personas ven el cristianismo como asistir a la iglesia, la realización de rituales, y / o no cometer ciertos pecados. Eso no es cristianismo. El verdadero cristianismo es una relación personal con Jesucristo, aceptar a Jesús como tu Salvador significa poner tu fe personal y confianza en él. Nadie se salva por la fe de otros, nadie es perdonado por hacer ciertas obras. La única manera de salvarse es aceptar personalmente a Jesús como tu Salvador, confiar en Su muerte como el pago por tus pecados, así como creer en su resurrección como la garantía de tu vida eterna. ¿Lo has hecho?
Si deseas aceptar a Jesucristo como tu Salvador, di las siguientes palabras a Dios. Recuerda, diciendo esta oración o cualquier otra no te salvarás. Sólo creer en Jesucristo y su obra terminada en la cruz puede salvarte del pecado. Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios tu fe en Él y agradecerle por proveerte la salvación.
“Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero yo creo que Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la fe en Él yo pudiera ser perdonado. Recibo tu oferta de perdón y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Acepto a Jesús como mi Salvador! Gracias por Tu maravillosa misericordia, perdón y el regalo de la vida eterna ¡Amén!”
