¿Qué actitud tiene la Iglesia con los divorciados casados de nuevo?
Siguiendo el ejemplo de Cristo, los acoge con amor. Pero quien, después de un matrimonio canónico se divorcia y, en vida del cónyuge, establece una nueva unión, se coloca ciertamente en contradicción con la clara exigencia de Jesús respecto a la indisolubilidad del matrimonio. Esta exigencia no puede ser suprimida por la Iglesia. La ruptura de la fidelidad está en contradicción con la Eucaristía, en la que la Iglesia celebra precisamente la irrevocabilidad del amor de Dios. Por eso no puede acceder a la sagrada Comunión quien vive en una situación tan contradictoria.
Lejos de tratar por igual todos los casos concretos, el papa Benedicto XVI habla de una «situación dolorosa» y exhorta a los pastores a «discernir bien las diversas situaciones, para ayudar espiritualmente de modo adecuado a los fieles implicados».