¿Cómo pudo el Espíritu Santo obrar en, con y por medio de María?
María estaba totalmente disponible y abierta a Dios. De este modo pudo convertirse, por la acción del Espíritu Santo, en «Madre de Dios», y como Madre de Cristo también en Madre de los cristianos, y más aún, de todos los hombres.
María posibilitó al Espíritu Santo el milagro de los milagros: la Encarnación de Dios. Ella dio su sí a Dios: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Confortada por el Espíritu Santo estuvo con Jesús a las duras y a las maduras, hasta la Cruz. Allí Jesús nos la dio a todos nosotros como Madre.