diciembre 7, 2024

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Salmo 59 – Oh Dios, líbrame de mis enemigos

Salmo 59 - Oh Dios, líbrame de mis enemigos | Saúl vigilar | líbrame Dios

Salmo 59
Oh Dios, líbrame de mis enemigos

Al Director. «No destruyas». Epigrama de David. Cuando Saúl mandó vigilar su casa para matarlo.

Líbrame de mi enemigo, Dios mío;
protégeme de mis agresores,
líbrame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios.

Mira que me están acechando,
y me acosan los poderosos:
sin que yo haya pecado ni faltado, Señor,
sin culpa mía, avanzan para acometerme.

Despierta, ven a mi encuentro, mira:
tú, el Señor del universo,
el Dios de Israel.
Despierta para castigar a los gentiles,
no te apiades de los traidores inicuos.

Vuelven al atardecer
ladrando como perros,
merodean por la ciudad.
Mira: de su boca fluye baba,
de sus labios, espadas: | «¿Quién nos oirá?».

Pero tú, Señor, te ríes de ellos,
te burlas de los gentiles.
Por ti velo, fortaleza mía,
que mi alcázar es Dios.

Que tu favor se me adelante, Dios mío,
y me haga ver la derrota de mi enemigo.
¡No los mates, que mi pueblo no lo olvide;
dispérsalos con tu poder,
humíllalos, Señor, escudo nuestro!

Por el pecado de su boca,
por el chismorreo de sus labios,
queden apresados en su insolencia,
por la mentira y la maldición que profieren.
¡Destrúyelos con tu furor,
destrúyelos y dejen de existir!
Sepan que Dios gobierna
desde Jacob hasta los confines de la tierra.

Vuelven al atardecer
ladrando como perros,
merodean por la ciudad.

Vagabundean buscando comida;
si no se sacian, no se retiran.

Pero yo cantaré tu fuerza,
por la mañana proclamaré tu misericordia,
porque has sido mi alcázar
y mi refugio en el peligro.

Y tocaré en tu honor, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar,
Dios mío, misericordia mía.

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