¿De qué modo es la sagrada Eucaristía una anticipación de la vida eterna?
Jesús prometió a sus discípulos, y con ello también a nosotros, que nos sentaríamos un día a la mesa con él. Por eso cada Santa Misa es «memorial de la pasión, plenitud de la gracia, prenda de la gloria futura» (oración «O sacrum convivium» recogida en la antífona del Magníficat en las II Vísperas de la fiesta de Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo).