En el Antiguo Testamento Dios se muestra como Creador y como quien conserva el mundo, es guía y educador de los hombres. También los libros del Antiguo Testamento son Palabra de Dios y Sagrada Escritura. Sin el Antiguo Testamento no se puede comprender a Jesús.
En el Antiguo Testamento comienza la gran historia del aprendizaje de la fe, que da un giro decisivo en el Nuevo Testamento y que llegará a su meta con el fin del mundo y el retorno de Cristo. Y en esto el Antiguo Testamento es mucho más que un mero preludio del Nuevo. Los mandamientos y las profecías del pueblo de la antigua alianza y las promesas que se contienen en ellas para todos los hombres, no han sido revocados. En los libros de la antigua alianza se encuentra un tesoro insustituible de oración y de sabiduría; especialmente los salmos pertenecen a la oración cotidiana de la Iglesia.