¿Por qué la verdad exige discreción?
La comunicación de la verdad debe hacerse con inteligencia y enmarcada en la caridad. Con frecuencia se emplea la verdad como arma arrojadiza, que tiene entonces un efecto destructivo en lugar de constructivo.
Al comunicar informaciones hay que pensar en los «tres filtros» de Sócrates: ¿Es verdad? ¿Es bueno? ¿Es útil? Se exige también Discreción en los secretos profesionales. Siempre deben ser guardados, excepto en casos excepcionales, que hay que justificar rigurosamente. Es igualmente culpable quien hace públicos informes confidenciales que se revelaron bajo reserva. Todo lo que se diga debe ser verdad, pero no hay que decir todo aquello que es verdad.