Dios mío, hay momentos de mi vida en los que me siento solo, en los que parece que hasta Tú me has dejado, solamente me concentro en mi dolor y en mis problemas, sin embargo, Dios mío, debo siempre recordar que Tú eres un Dios compasivo y Misericordioso y que nunca me has abandonado.
Permíteme recordar siempre Dios mío que Tú me cuidas como a la niña de tus Ojos, y que tienes siempre un corazón abierto para los humildes y sencillos, ayúdame a reconocerte siempre, aún en las cosas más pequeñas de la vida y ayúdame también a serte fiel, te lo pido por nuestro Señor Jesucristo tu dulce y amadísimo Hijo. Amén.