¿Por qué traducimos Liturgia como culto divino?
El culto o servicio divino es ante todo el servicio que Dios nos hace a nosotros, y sólo en segundo lugar nuestro servicio a Dios. Dios se nos da bajo signos sagrados, para que nosotros hagamos lo mismo: entregarnos sin reserva a él.
Jesús está ahí, en la Palabra y el Sacramento: Dios está presente. Esto es lo primero y lo más importante en toda celebración litúrgica. En segundo lugar estamos nosotros. Jesús entrega su vida por nosotros, para que nosotros le ofrezcamos el sacrificio espiritual de nuestras vidas. En la Eucaristía Cristo se nos da, para que nos demos a él. Por así decir, extendemos a Cristo un cheque en blanco sobre nuestra vida. De este modo participamos en el sacrificio salvador y transformador de Cristo. Nuestra pequeña vida es elevada al reino de Dios. Dios puede vivir su vida en nuestra vida.