¿Qué tiene la Iglesia en contra del «matrimonio sin papeles»?
Para los católicos no existe matrimonio sin la celebración del sacramento. En él Cristo entra en la alianza entre el varón y la mujer y concede abundancia de gracias y dones a los esposos.
A veces hay personas mayores que aconsejan a los jóvenes que dejen de casarse «para siempre y de blanco». Que el matrimonio es algo así como una unión fusión de patrimonios, perspectivas y buenas intenciones, a la vez que se hacen en público promesas que no se pueden mantener. Pero un matrimonio cristiano no es una estafa, sino el mayor regalo que Dios ha pensado para dos personas que se aman. Dios mismo los une de un modo tan profundo que no lo pueden lograr los hombres. Jesucristo, quien dijo: «Sin mí no podéis hacer nada», está presente de forma permanente en el Sacramento del Matrimonio. Él es el amor en el amor de los esposos. Es su poder el que se hace presente cuando se agotan aparentemente las fuerzas de los que se quieren. Por eso el sacramento del Matrimonio es algo muy diferente a un pedazo de papel. Es como un vehículo divino ya dispuesto al que pueden subir los esposos, un vehículo del que el esposo y la esposa saben que contiene suficiente combustible para llegar, con la ayuda de Dios, a la meta de sus deseos. Cuando, en la actualidad, muchas personas dicen que no tiene importancia tener relaciones sexuales sin compromiso antes o fuera del matrimonio, la Iglesia invita a resistir con determinación y energía a esta presión social.