Creemos en la resurrección de los muertos porque Cristo ha resucitado de entre los muertos, vive para siempre y nos hace participes de esta vida eterna.
Cuando un hombre muere, su cuerpo es enterrado o incinerado. A pesar de ello creemos que hay una vida después de la muerte para esa persona. Jesús se ha mostrado en su Resurrección como Señor de la muerte; su palabra es digna de fe: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá».