¿Cómo debemos tratar nuestro cuerpo?
El quinto mandamiento prohíbe también el uso de la violencia contra el propio cuerpo. Jesús nos exige expresamente que nos aceptemos y amemos a nosotros mismos: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
Acciones autodestructivas contra el propio cuerpo («incisiones», etc.) son en la mayoría de los casos reacciones psíquicas ante experiencias de abandono y de falta de amor; por eso, en primer lugar, reclaman todo nuestro amor a estas personas. No obstante, en este marco de cariño debe quedar claro que no existe un derecho humano a destruir el propio cuerpo recibido de Dios.