María es nuestra madre porque Cristo, el Señor, nos la dio como madre.
«Mujer, ahí tienes a tu hijo». «Ahí tienes a tu madre». En estas palabras que Jesús dirigió a Juan desde la cruz ha entendido siempre la Iglesia que Jesús confiaba toda la Iglesia a María. De este modo María es también nuestra madre. Podemos invocarla y suplicar su intercesión ante Dios.