septiembre 19, 2024

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Salmo 32 – Alivio del que confesó sus pecados

Salmo 32 - Alivio del que confesó sus pecados | absuelto culpa | sepultado

Salmo 32
Alivio del que confesó sus pecados

Poema de David.

Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras callé se consumían mis huesos,
rugiendo todo el día,
porque día y noche tu mano pesaba sobre mí;
mi savia se había vuelto un fruto seco
como en los calores del verano.

Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.

Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará.
Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación.

Te instruiré y te enseñaré
el camino que has de seguir,
fijaré en ti mis ojos.

No seáis irracionales como caballos y mulos,
cuyo brío hay que domar con freno y brida;
si no, no puedes acercarte.

Los malvados sufren muchas penas;
al que confía en el Señor,
la misericordia lo rodea.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor;
aclamadlo los de corazón sincero.

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