¿Los signos sagrados de la Liturgia necesitan además palabras?
Celebrar la Liturgia supone encontrarse .con Dios: dejar que él actúe, escucharle, responderle. Estos diálogos se expresan siempre en gestos y palabras.
Jesús habló a los hombres mediante signos y palabras. Así sucede también en la Iglesia, cuando el sacerdote presenta los dones y dice: «Esto es mi cuerpo,… ésta es mi sangre». Sólo esta palabra interpretativa de Jesús hace que los signos se conviertan en sacramentos: signos que realizan lo que significan.