En la fórmula «Jesús es el Cristo» se expresa el núcleo de la fe cristiana: Jesús, el sencillo hijo del carpintero de Nazaret, es el Mesías esperado y el Salvador.
Tanto la palabra griega «Christos» como la hebrea «Messias» significan «ungido». En Israel eran ungidos reyes, sacerdotes y profetas. Los apóstoles experimentaron que Jesús está ungido «con la fuerza del Espíritu Santo». Por Cristo nos llamamos cristianos, como expresión de nuestra alta vocación.