Si el Padre está «en el cielo», ¿dónde está ese cielo?
El cielo está allí donde está Dios. La palabra cielo no indica ningún lugar, sino que designa la existencia de Dios, que no está sometido ni al tiempo ni al espacio.
No debemos buscar el cielo por encima de las nubes. En cualquier lugar donde nos dirigimos a Dios en su gloria y al prójimo en su necesidad; allí donde experimentamos la alegría del amor; donde nos convertimos y nos dejamos reconciliar con Dios, allí se abren los cielos. «No donde está el cielo está Dios, sino que donde está Dios está el cielo» (Gerhard Ebeling).