¿Cómo media el arte entre la belleza y la verdad?
La verdad y la belleza van unidas, pues Dios es la fuente tanto de la belleza como también de la verdad. El arte, que se orienta a la belleza, es por ello un camino propio para llegar al todo y a Dios.
Lo que no se puede decir con palabras ni comunicar con el pensamiento, se expresa en el arte. Es «una sobreabundancia gratuita de la riqueza interior del ser humano». En gran similitud con la actividad creadora de Dios, en el artista se unen la inspiración y la habilidad humana para dar forma válida a algo nuevo, un aspecto de la realidad desconocido hasta ese momento. El arte no es un fin en sí mismo. Tiene que elevar al hombre, conmoverlo, hacerlo mejor y en definitiva llevarlo a la adoración y la acción de gracias a Dios.